Si bien los procesos de radicalización yihadista constituyen un asunto en los márgenes de este Blog, todos estamos conmocionados por el atentado de Barcelona que sesgó las vidas de 15 personas el pasado jueves 17 de agosto y a muchos de nosotros nos asalta una pregunta: ¿qué les ha ocurrido a este grupo de jóvenes para matar de forma indiscriminada y pretender cometer una salvajada mayor? La respuesta que trasladan instituciones, medios de comunicación, think-tank y líderes de opinión es que estos jóvenes se han radicalizado.
En las próximas líneas recogeré una serie de teorías que aportan algo de luz sobre este fenómeno. Dos advertencias previas, el fenómeno de la radicalización es complejo y exige huir de los clichés y de las simplificaciones. Y una crítica al enfoque que asumo en este artículo: la mayor parte de los modelos abundan en los factores explicativos de la radicalización; no obstante, la inmensa mayoría de los individuos pertenecientes a las colectividades afectadas no están radicalizados – en Europa viven más de 20 millones de musulmanes. Algunos autores sostienen que quizás convendría poner el acento en el otro lado de la moneda y preguntarse por qué muchísimos jóvenes musulmanes no han sido seducidos por la retórica de la radicalización.