En la Aldea Global debemos mirar más a Oriente para entender mejor el mundo en transformación que nos ha tocado vivir. Por dos razones. En primer lugar, la transferencia histórica de riqueza y poder de Occidente a las potencias emergentes de China e India está creando un mundo multipolar distinto a la hegemonía imperfecta norteamericana de la posguerra fría o al mundo bipolar de la Guerra Fría.
En segundo lugar, los procesos de cambio político (La fallida Primavera Árabe) y de desintegración de muchos de los Estados en el Gran Oriente Medio han acelerado la historia de una región de importancia geoestratégica para Occidente, plagada de conflictos violentos y rica en hidrocarburos que alimentan la economía internacional.
En el caso de España con mayor razón. La historia, geografía y cultura compartidas, las oportunidades económicas y los retos demográficos y de seguridad aconsejan conocer y comprender bien qué ocurre en la ribera sur y este del Mediterráneo.